El pasado jueves, día 24 de octubre, los alumnos de 1º y 2º de la ESO del mejor Centro del mundo mundial, esto es, el CEO “Villa de Autol”, disfrutamos de un día P-E-R-F-E-C-T-O. Sí, ¡ya sabéis!, uno de esos días en los que te levantas y tienes la seguridad de que todo va a ir genial…
En fin, ¡empecemos por el principio!
Nuestra salida comenzó temprano, ¡muy temprano!, a las 07.30, momento en el que iniciamos nuestro viaje de dos horas de duración en las que alternamos conversaciones, alguna que otra cabezadita ¡en fin, cualquiera tiene un momento de debilidad!, y varias canciones reggetoneras…
De este modo, finalmente llegamos a nuestro primer destino: el CAREX (Centro de Arqueología Experimental, perteneciente al complejo de Atapuerca), en Ibeas de Juarros. Lo cierto es que, a pesar del frío, la visita resultó muy amena gracias al buen hacer de los monitores que nos acompañaron. Así, durante dos horas, nos convertimos en unos auténticos cavernícolas fabricando bifaces, cazando, haciendo pinturas rupestres y, cómo no, asistiendo al milagro del fuego… ¡qué ilusión nos hizo cuando por fin vimos asomar esa llamita del “nido” que le habían preparado!...
Al terminar, tomamos un pequeño snack para reponer fuerzas, y nos desplazamos hasta Burgos para visitar el Museo de la Evolución. La verdad es que vimos tantas cosas y tan interesantes que nos resulta difícil enumerar una o dos, pero… el cerebro y las réplicas de los homínidos despertaron muchos: “hala”, “qué pasada”… y expresiones similares.
A las 14.00 horas, hicimos un paréntesis para comer, ¡no todo va a ser cultura! y, hambrientos, apuramos nuestros aperitivos y bocatas y, ¿pensabais que eso era todo? ¡Pues no! A las 16.00 horas, empezamos la divertida gymkana que nuestros profesores habían preparado para la ocasión. Dividida en dos bloques (el primero nos obligó a “unirnos” mucho a nuestros compañeros de equipo), pudimos conocer bastantes detalles curiosos de la catedral. Al final, el equipo ganador (Aarón, María, Alicia, Jorge, Narimene y Ayoub), disfrutó de una merecida recompensa y, el resto, de unas gominolas como premio de consolación.
Finalmente, a las 18.00 horas, pusimos rumbo a nuestro querido Autol, en un trayecto que a nuestros docentes se les antojó interminableeeeeee.
En fin, fue una jornada de lo más especial, sin duda, gracias a los profesores que nos acompañaron (Guillermo Sancho, Fernando Moreno y Pilar de Miguel), a quienes agradecemos su esfuerzo y paciencia, los guías, el conductor, y las “buenas gentes de Burgos”.
Sin duda, 100% recomendable.